martes, diciembre 09, 2014

Reseña: Aullidos 2 (1985)

Hablando de secuelas extrañas, una de las que mejor encaja en dicha definición es esta continuación del clásico de Joe Dante Aullidos (1981), la cual como cosa rara no tiene casi nada que ver en cuanto a estilo con su predecesora a pesar de que de todas las numerosas secuelas de la saga es la única que hace al menos una referencia a la original e intenta tener algún tipo de continuidad. Es también una cinta irremediablemente atada a la estética de su época y que no tarda en rendirse a sus múltiples atributos camp, por lo que aquellos que sólo conozcan la original muy probablemente terminen rechazándola, pero sería un error, y aquí intentaremos explicar por qué.

El prometedor título de Aullidos 2: Stirba, la mujer lobo (1985) debería ser un indicativo muy claro de por dónde va la cosa en esta ocasión. De hecho, el inicio del argumento es tan sólo una excusa para poner la cosa en marcga: el hermano de la protagonista de la primera película conoce a un misterioso cazador de licántropos (glorioso Christopher Lee en un nuevo trabajo alimenticio que revela como pocas cosas el ángulo británico de esta coproducción) que le anima a unirse a un viaje a las remotas tierras de Transilvania para acabar con Stirba, la reina de estas criaturas. Tanto la presencia de Lee como el argumento de corte fantástico-gótico (en contraposición con el ambiente claramente moderno de la película original) revelan a Aullidos 2 como una reinvención de la clásica historia de la condesa Elizabeth Bathory y sobre todo un intento de resucitar el estilo de las antiguas películas de la Hammer por medio de su estética con castillos y pueblos perdidos en parajes remotos de Europa, así como su marcado componente erótico.

Como ya habréis podido adivinar por la imagen que adorna esta reseña, la mayor parte de este erotismo gráfico está en la agradecida presencia de la sex symbol y figura de serie B austríaca Sybil Danning, explotada hasta la saciedad en su faceta de bomba sexual gracias a su muy revelador vestuario y por supuesto dándolo todo en una sobreactuación gloriosa que sin embargo es lo que da a la película gran parte de su encanto particular. De hecho, el principal atractivo que ha pasado a tener Aullidos 2 con el paso del tiempo ha sido gracias a su elenco que incluye auténticas glorias, no sólo Danning y Lee sino también el omnipresente Reb Brown. La presencia de todas estas estrellas eleva de categoría a lo que a todas luces es un guión absurdo que mezcla conceptos ya pasados de moda con una estética pasmosamente eighties, sumada a una estructura de explotación en ocasiones muy evidente como la ya clásica (y gratuita) escena de la orgía de los licántropos o el disfrute sexual de la reina Stirba con sus secuaces. Es curioso también como este personaje se presta a una confusión de términos ya que si bien oficialmente estamos hablando de una cinta de hombres-lobo, hay muchos elementos tomados de la mitología vampírica, no sólo en cuanto al personaje de Stirba sino también en cuanto al énfasis del argumento en el ocultismo o la ambientación en Transilvania.

Y sin embargo ninguna de esas cosas quita que estemos ante una película entrañable y sobre todo muy diferente a lo que se podría esperar. Aquellos que estén esperando una historia seria de hombres-lobo o una continuación digna de la película de Dante mejor será que vayan a otro lado, pero los que dejen un poco de lado sus expectativas se encontrarán ante una de las secuelas más insólitas posibles y una película que hay que ver sin duda. Como ya todos sabéis, la saga de Aullidos tendría varias secuelas más que aunque correctas tomarían un camino mucho más convencional y mucho menos memorable. Esta que tenemos aquí, en cambio, triunfa por méritos propios, ya que a pesar de su desastroso guión, su generalizada incompetencia, sus risibles escenas de miedo y lo descabellado de algunas de sus decisiones estéticas (la banda sonora, el montaje paralelo con escenas de una banda de rock, su arbitrario uso de la música incidental, sus cortinillas, su fascinante vestuario), resulta difícil olvidarla gracias a su desparpajo, el innegable carisma de su elenco y el sex appeal de la que sin duda es la reina de los licántropos de aquí a la eternidad. No es para todo el mundo, pero sí es muy recomendable.

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