lunes, enero 02, 2017

Reseña: Poltergeist (2015)

Recuerdo que el de Poltergeist (2015) fue uno de esos remakes que se anunciaron durante muchos años; casi una década llevaba escuchando sobre él hasta que finalmente se estrenó, y no fue hasta que vi el primer trailer que acepté que, efectivamente, se haría realidad. El avance no me dejó lo que se dice muy impresionado, pero le di el beneficio de la duda al ver que su elenco contaba con Sam Rockwell, un actor muy bueno poco dado a prestarse al tipo de producción banal que la cosa auguraba. Al final, resulta que las impresiones iniciales no iban demasiado desencaminadas: esta nueva versión del clásico de Tobe Hooper hecho 32 años después es un remake bastante superficial y sobre todo innecesario ya que decide tomar el camino fácil de cambiar muy pocas cosas con respecto a su antecesora, y los cambios que sí acomete son todos para peor.

La historia es exactamente la misma: una familia en dificultades económicas se muda a una casa en los suburbios y poco a poco descubre que su nuevo hogar está embrujado. Tal como en la cinta del 82, la irrupción de lo sobrenatural en el hogar familar es al principio benévola, para luego ir adquiriendo tintes cada vez más oscuros cuando resulta obvio que los fantasmas desean apoderarse de la pequeña niña de la familia, quien es pronto secuestrada por los espíritus y arrastrada a otra dimensión donde deberá ser rescatada por sus padres, con la ayuda de investigadores paranormales que conforman el lado puramente esotérico del argumento.

En su favor debo decir que en esta nueva entrega hay un intento sincero por hacer una versión moderna de Poltergeist (1982), sólo que siguiendo la filosofía de gente que piensa que la definición de "moderna" es simplemente volver a hacer la misma película amplificando aquellos elementos superficiales de la original, es decir los efectos especiales. Esto también significa que todos aquellos detalles que en la original eran mostrados con sutileza y ambigüedad aquí son arrojados a la cara del público de forma explícita. El mejor ejemplo de esto que estoy diciendo es algo que ya sabía iba a ocurrir desde mucho antes: en esta nueva versión, a diferencia de la original, llegamos a ver el mundo de espíritus al que es arrastrada la hija menor, por supuesto en toda su gloria CGI y en tres dimensiones. El imaginario de esta zona fantasma es, además, tremendamente convencional, lo que delata el abandono de esta nueva película de los preceptos esotéricos "new age" que tanto caracterizaron a la cinta original en su contexto de los ochenta. Aquí, por el contrario, el investigador paranormal interpretado por Jarred Harris es mucho menos interesante que Zelda Rubinstein, quien se convirtió en la imagen más identificable de la saga original junto con la pequeña niña, quien también es mucho menos memorable en esta ocasión. 

Pienso aún así que la mayoría de la gente rechazó este remake por los motivos equivocados. A juzgar por las expectivas que despertó antes y después de su trailer, casi todo lo que leí al respecto fue un cúmulo de prejuicios ante lo que intuían sería sólo un entretenimiento familiar cargado de efectos especiales. Dichas quejas eran un poco absurdas porque, tal como comentábamos al reseñarla hace un tiempo, la original era exactamente eso: un espectáculo de efectos con una trama sobrenatural que nunca llegaba a ser completamente de terror sino más bien de asombro hacia lo Desconocido. En esta, todos estos elementos están suavizados a excepción de los efectos, y aunque la película sí que intenta por momentos ser terrorífica de la manera más barata posible (léase el payaso malévolo y cierta escena con un taladro), todo se siente muy desganado y tremendamente superficial, con lo que incluso la subtrama de los apuros económicos de la familia, que parecía que sería importante al principio, es dejada pronto de lado.

Esta nueva versión de Poltergeist es poco más de lo que esperaba, y verla sólo me hizo sentir una mayor reverencia hacia la original de 1982, que todavía se mantiene vigente como una muy buena historia con la que iniciar a los más jóvenes en el cine de terror. Esta en cambio se siente como otro ejemplo más de un horror mainstream plagado de sustos típicos y fantasmas agresivos con niños de por medio, con todo bien explicado y que difícilmente será recordado después.  

4 comentarios:

  1. Esta película es tan aburrida y poco memorable que cuando fui a escribir una crítica sobre ella, menos de 24 horas después, no me acordaba de practicamente nada de lo que había pasado en ella.

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  2. Yo lo único que recordaba era que la niña NO se llamaba Carol-Anne.

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  3. En algunas décadas cuando alguien se tome el trabajo de evaluar el aporte de Sam Raimi al cine, estas guevonadas que se la pasa produciendo ciertamente harán mella en su más que innegable legado.

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  4. Es hora de nuevas historias, no de desgastar los clásicos. Buena reseña por cierto.

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